La indignación, la impotencia, la rabia ha ido apareciendo sin necesidad de nada mas que mirar la situación en que las llamas han asolado el poblado. Familias enteras en peligro y con la única esperanza de que los bomberos como siempre hagan bien su trabajo y extingan pronto el fuego que azota sus vidas.
Frente a la profesionalidad de un colectivo como el de bomberos nos encontramos de todo:
La displicencia de la policía nacional, no facilitando la entrada de las personas que tenían sus hijos durmiendo en las viviendas, hasta que por fin cedieron.
La desorganización y poca visión del samur social intentando filiar antes a los habitantes del poblado que de prestarle la ayuda que inminentemente necesitaban. Aunque después en medio de la vorágine y casi conducidos como los ciclistas en el pelotón pusieron los medios necesarios para el desplazamiento de los que lo necesitaron y facilitaron el catering para casi 150 personas cosa que se agradeció enormemente.
El colectivo de prensa estuvo cuando se les llamó, pero he ahí la sorpresa de la noticia al día siguiente del diario El país, la culpa era de los delincuentes que estaban a esas horas quemando el cable y que se les fue de las manos. Mentira.
Los bomberos y después la policía vinculan el incendio a las malas condiciones de las instalaciones eléctricas que abastecen a las viviendas desde el transformador donde enganchan las lineas hasta sus casas. Dichas lineas están tiradas directamente en el suelo sin enterrar y sin protección. Son roídas por las ratas, se rompen por el trasiego y acaban produciendo cortocircuitos que provocan los incendios. Con el consiguiente peligro añadido de que puedan electrocutar a cualquiera que las pise o toque sin darse cuenta.
Lo único que se pide es que todo aquél que se acerque al poblado por las circunstancias que sean, bien profesionales o de otro índole, hagan lo que tengan que hacer pensando en que los que reciben la ayuda en esos momentos desean ser tratados como si fueran ellos mismos. ( No hagas a nadie lo que no desees que te hagan a ti ).
Nos fuimos con la sensación de que la cosa aunque aparentemente estaba controlada, seguían corriendo peligro y así lo estuvimos hablando con los habitantes del poblado, llegando a la conclusión de que inminentemente hay que tomar medidas para abordar el tema de la seguridad.
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